Antaño solía decirse que el éxito de una gira se medía por la cantidad de merchandising que el grupo de turno vendía en cada concierto. Si esto es así, Horisont deben de ser una de las bandas del momento, porque la noche del pasado jueves en Zaragoza los suecos agotaron todos los vinilos a la venta y, por lo visto, no era la primera vez que ocurría en este tour. Y creédme cuando os digo que la experiencia de intentar llevarse a casa ese pedazo de plástico con el título de “Time Warriors” tras semejante bolazo y tener que conformarse con una triste camiseta es bastante frustrante.
Porque sí, Horisont están en un momento muy dulce. Dan la impresión de estar justo en el punto inmediatamente anterior a lograr el reconocimiento masivo. Por eso creo que los que pudimos verlos en un sitio recogido como La Ley Seca debemos sentirnos afortunados: en sucesivas giras probablemente estarán actuando en salas mayores.
A pesar de contar con competencia directa en otro local, Horisont se las arreglaron para convocar a un buen número de aficionados que volvieron a abarrotar La Ley Seca, sala que últimamente se nos está quedando pequeña en demasiadas ocasiones (algo que es motivo de alegría, por supuesto). Así, los enormes suecos se hicieron paso entre el gentío hasta el escenario al filo de las 22:30, para ofrecer un intenso aunque breve concierto (apenas una hora de duración y ni un solo bis). Con un sonido bastante malo en un primer momento, los suecos descargaron sin piedad esa especie de proto-heavy metal que remite directamente a la primera NWOBHM, plagado de twin guitars y con poses de puño en alto a cargo del vocalista Axel Söderberg, quien lucía orgullosamente un parche de Status Quo en su cazadora o dedicaba un tema a la memoria de Ronnie James Dio, ¿puede haber algo más cool que este tipo? Incluso se atrevió con un poco de castellano cuando espetó al público “hace calor, ¿no?”.
A pesar de la brevedad, no creo que nadie saliese decepcionado: la banda había sudado la gota gorda literalmente y cuando redacto estas líneas, yo al menos sigo impresionado por el insultante poderío demostrado. Hablar de la cuestión del tiempo tras semejante descarga me parece hasta de mal gusto.