Cripple Black Phoenix es un concepto de banda que ha vivido diferentes encarnaciones a lo largo del tiempo. Son lo que se da en llamar un “super-grupo”, y sus miembros van mutando, dependiendo del momento, con músicos provenientes de Iron Monkey, Gonga, Mogwai o Electric Wizard. La piedra angular de esta banda es Justin Greaves, bateria de largo recorrido en el mundo stoner, que entiende el concepto de grupo como un colectivo musical abierto en el que cualquier persona afín tiene cabida. Por sus filas han pasado multitud de músicos, generando una banda rica en matices y practicante de una diversidad sonora con el denominador común del (post) rock progresivo.
Este 2014 regresan a la palestra con el álbum “White light generator”, que verá la luz el 17. Describiéndolos con sus propias palabras, Cripple Black Phoenix escriben “baladas del fin del mundo”. Sin duda, algo de apocalíptico hay en sus temas. A lo largo del disco se mantiene un tono gris ceniza en las emociones mostradas, con unas cadencias medias que inevitablemente arrastran al particular universo sonoro de estos británicos.
Pasando de temas con querencias agrestes como “Sweeter than you” a otros más opresivos y oscuros, como “Let’s have an apocalypse now!”, la banda sigue manteniendo ese sonido de unos Pink Floyd tardíos en temas como el encomiable “No! Part.II” aunque quizás no de una manera tan evidente como en anteriores entregas. Quizás el mejor tema para comprender el equilbrio entre rock, llamémosle clásico, y el más contemporáneo que practican, sea “Black Light generator”, el tema que funciona como reverso tenebroso del luminoso título del disco.
El álbum se divide en dos partes, “The black light side” con los temas más eléctricos y ásperos y oh! sorpresa, “The white light side”, que va rebajando la tensión conforme avanza al incluir los momentos más delicados del álbum, cuyo mejor ejemplo sería “A brighter tomorrow”, el tema que cierra brillantemente “White light generator”.