Desde el corazón de la provincia de Gipuzkoa llegan al panorama musical The Northagirres, cuarteto en el que se dan cita miembros de bandas como Hot Dogs! (Iñaki Urizabal a la batería e Iñigo Agirrebalzategi a la guitarra y voz) y Black Diamond (Aitor Godoy a las guitarras) junto a Borja Aramburu al bajo, también veterano de la escena local tanto sobre los escenarios como entre bambalinas. El pasado noviembre autoeditaron su primera referencia homónima en la que colabora el también ex-Hot Dogs! José Luis Aparicio, que formó además parte de la primeriza alineación de The Northagirres.
Conociendo a algunos de los involucrados, lo primero que podría pensarse es que estamos ante otro disco de Hard Rock de alto octanaje a lo AC/DC. Nos equivocaríamos, porque los ocho temas que componen el disco tienen más que ver con la vertiente más limpia de Neil Young y con el sonido country-americana que con la suciedad del Rock setentero. The Northagirres atraviesan los desiertos norteamericanos con cuidados sonidos de armónicas, slides y ejercicios musicales en general reposados y cristalinos.
Pero a pesar de que no hay aquí guitarras distorsionadas ni arrebatos furiosos, que no le quepa duda a nadie de que estamos hablando de un disco de rock. La banda incluso se atreve con un tema instrumental como el juguetón “Agirre’s Dance”, que doy fe de que en directo suena espectacular. También se vislumbra cierta intención de jugar con armonías vocales, como por ejemplo en “Toys In a Desert” o la reflexiva “Me, My Girl”. La trotona “Bone Breaker”, la única canción cantada por Borja Aramburu, se acerca al Western a través de un sonido de regusto sureño. “No quiero” es el único tema compuesto en castellano, aunque afortunadamente para los que no somos muy amigos del rock en la lengua de Cervantes acaba siendo una canción bastante resultona e incluso diría que accesible para un público más amplio. “So Away” es un tema muy neilyoung-iano que a mí personalmente me recuerda a la era “After the Gold Rush” del canadiense. Completan el listado los que son probablemente los temas más netamente rockeros del álbum: “The Water & the Stone”, la canción que abre brillantemente el disco, y “Single Car”, la que le pone el broche.
Estamos sin duda ante un notable disco que sorprende al estar por encima de muchas bandas nacionales con las que teóricamente podrían compartir nicho estilístico, porque donde aquellas aburren, The Northagirres saben mantener la atención en base a unas composiciones más que logradas. Por cierto, que la edición física del disco ya está agotada, aunque sigue disponible en versión digital en el bandcamp del grupo.