Si te gusta el Rock y The Quireboys pasan por tu ciudad, no puedes quedarte en casa por mucha niebla que haya. O como el pasado viernes, no puedes dejar pasar la oportunidad aunque tengas otros compromisos previos. Así, servidor tuvo que tomar la dolorosa y salomónica decisión de acudir primero a un festival que se desarrollaba en otra sala y sacrificar al último grupo del cartel y hacer lo propio con Girls, Guns & Glory, que ejercían de teloneros para la banda de Spike y compañía. Haré aquí un pequeño paréntesis, ya que no publicaremos reseña propia para el Wild Winter Fest, para citar a los dos grupos que sí que pude ver -J.C. Satan se quedaron para mejor ocasión-: Baron Samedi, nuevo trío local que promete brindarnos buenos momentos de ahora en adelante con su garage punk ruidista, y el tejano Harlan T. Bobo, a quien no había tenido la oportunidad de ver anteriormente pero que ya desde las primeras notas logró convencerme de que estábamos ante algo muy grande. Y por lo que me cuentan, los citados J.C. Satan tampoco se quedaron atrás y ofrecieron un incendiario concierto que, espero, vuelvan a ofrecer en un futuro próximo por estos lares. Lástima la poca respuesta del público por un evento que merecía mayor atención.
Por lo que también me contaron después, Girls, Guns & Glory ofrecieron ya en La Casa del Loco otro gran concierto en el que los temas se iban sucediendo sin descanso ante un público bastante más numeroso que su anterior visita a la ciudad de hace poco más de un año. Me pregunto si habrían tenido la misma suerte de tocar solos y no como apoyo de The Quireboys, porque sin duda los de Boston se merecen más atención que la que tuvieron en su anterior visita zaragozana, en la que se vieron obligados a sacar adelante un enorme concierto ante unas quince personas.
Con la aguja del reloj casi marcando las 23:40 saltaron al escenario The Quireboys. “We are The Quireboys and this is Rock’n’Roll”, avisa Spike en cuanto toma posición al frente de la banda, y lo cierto es que no se me ocurre mejor definición de lo que es el Rock que la que ofrecen The Quireboys: diversión y sudor a raudales con un componente alcohólico y despreocupado que invita a la fiesta. La banda está presentando nuevo álbum, “Beautiful Curse”, algunos de cuyos temas como el que le da título suenan a lo largo de la noche, pero debemos tomarlo como una mera excusa para seguir girando y manteniendo viva a una formación en la que, si no me equivoco, solo resta Spike como miembro original. No es que importe demasiado, en Guy Griffin y Paul Guerin ha encontrado a dos magníficos escuderos y en esta segunda etapa de la banda, The Quireboys han editado discos más que notables (personalmente considero “This Is Rock’n’Roll” como su segundo mejor disco). Pero lo que está claro es que la mayor parte del público lo que espera de un concierto de The Quireboys es que se arranquen con los temas fetiche de su debut “A Bit of What You Fancy”, tales como “Hey You”, “7 O’Clock”, “There She Goes” o “Sex Party”, con el que cierran el segundo de los bises. Y la banda lo sabe y da al público lo que quiere escuchar, pero no se limitan a vivir de rentas, sino que también incluyen en su generoso set list de 19 canciones y alrededor de dos horas de duración, temas de su discografía más reciente como el “Black Mariah” con el que abren la velada, ese himno que es ya “This Is Rock’n’Roll” y varios de la obra que están presentando, como el tema título, el enorme “Homewreckers and Heartbreakers” o “Mother Mary” y “For Crying Out Loud”, las dos canciones que componen el primero de los bises y que demuestran que The Quireboys también confían -con razón- en su nuevo material. Tal vez vivieran mejores momentos en cuanto a popularidad -como el Rock en general, por cierto-, pero es toda una bendición que bandas como The Quireboys sigan ahí ofreciéndonos de vez en cuando puro y simple Rock’n’Roll.