Llevamos tiempo diciendo que el Rock se está muriendo y sin embargo no es muy difícil encontrar buenas bandas que se patean el underground y que saben cómo ofrecer un buen espectáculo, como queriendo quitarnos la razón de un guantazo a los agoreros. Es el caso que nos ocupa, el de los guipuzcoanos Bitter Honey, combo de Arrasate-Mondragón que siguen defendiendo “Symbolized”, su estupendo segunda larga duración editado el pasado 2012 y del que ya dimos cuenta por aquí hace algún tiempo. Decía yo entonces que tenía ganas de catarlos en directo, y por fin este pasado fin de semana tuve la oportunidad de hacerlo en el mismo lugar que fue testigo la noche anterior de una de mis sesiones de “pinchadiscos”. Y además gratis, algo que hay que agradecer a Motz Taberna además de su activa agenda que inyecta un poco de vidilla a la zona.
Tal vez el local no sea lo más cómodo tanto para el grupo como para el público, pero tras romper el hielo, Bitter Honey fueron capaces de meterse al público en el bolsillo, casi como si jugaran en casa. La banda atesora un puñado de grandes temas además de un sonido sólido como una roca basado en el mejor Hard Rock setentero. Retazos de la primerísima NWOBHM y un sonido que evoca la grandeza de aquellas bandas que los punks llamaron dinosaurios es lo que nos ofrecen Bitter Honey. El cuarteto parece estar en estado de gracia durante todo el bolo, con un resolutivo frontman que maneja la situación a su antojo y que está respaldado por unos excelentes músicos que no muestran fisura alguna. Desde luego saben cómo divertirse y sobre todo cómo divertirnos, incluso dando a probar su propia “bitter honey” al público. Al finalizar estoy seguro de que se llevaron algunos nuevos fans. Por algo me decía el cantante Aitor tras acabar el concierto que está muy bien salir reseñado en los medios, pero que donde hay que hacer seguidores es dando el callo en los conciertos. Pues tengo algo que decirle: Misión cumplida.
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