Al Jourgensen lleva tanto tiempo anunciando que cada álbum que publica Ministry va a ser el último que a casi nadie parece cogerle desprevenido esa afirmación. Sin embargo, podemos decir que esta vez puede que sea la definitiva y que, este 2013, “From beer to eternity” sea la última publicación de esta legendaria formación.
Pero para entender, es necesario recapitular.
En 2008 y en plena gira de presentación de su magnífico “The last sucker” (2007) Al Jourgensen tiene que abandonar el escenario. Una serie de úlceras sangrantes casi acaban con su vida y no tiene otro remedio que anunciar que Ministry ha llegado a su fin. Como mala hierba nunca muere, el señor Jourgensen acabó recomponiéndose, y formó, junto a Mike Scaccia (el otro miembro fundamental de Ministry) Buck Satan & The 666 Shooters de los que ya hablaremos, quizás, otro día. En aquellas sesiones de grabación, hubo tiempo para todo, y también para regurgitar unos cuantos riffs metálicos, los cuales, inevitablemente, acabaron dando forma al álbum “Relapse” (2012).
2012 fue especialmente malo para la banda; Jourgensen volvió a estar con la vida pendiente de un hilo debido a una severa disentería, pero acabó saliendo cuasi-indemne, cual ave Fénix. Aunque afirmó que no volvería a salir de gira nunca más, no dijo nada de componer, y a eso el tipo es un adicto. Para finales de año, ya tenían maquetadas todas las canciones para un nuevo álbum de Ministry, a falta de componer las letras definitivas. Antes de que eso ocurriese, Mike Scaccia murió de un fallo cardiaco mientras tocaba con su otra banda, Rigor Mortis. Murió en el escenario, con las botas puestas.
Completamente jodido, Jourgensen aseveró que Ministry sin Scaccia no tenían sentido. Aun así, decidió acabar el álbum “porque no había otra opción” y así surgió finalmente “From beer to eternity”, como testamento vital de una banda acostumbrada a vivir en el filo.
Realmente no parece que este “From beer to eternity” suene a ocaso o a disco póstumo. Todos los aciertos de la banda a lo largo de los años están en este disco, aunque algo atenuados. Riffs pesados o súper acelerados (sin término medio), melodías oscuras con ataques paranoides, integración de metal pesado y electrónica como si fuesen elementos complementarios, samplers apocalípticos…
Sirva como muestra “Punch in the face”, que es realmente eso, el clásico puñetazo sonoro de trash-punk-industrial con el que Ministry deja claro que el nivel no se ha bajado, por muchas hecatombes que se sucedan. “Perma War” es otro tema de corte clásico dentro del estilo de la banda, con samplers de Obama (al igual que ya hicieron en tiempos con Bush padre e hijo) hablando de armas nucleares y aderezado con un melodía vocal cuasi-pop que esconde una inusitada fiereza. “Perfect storm” o “Fairly unbalanced” son el ejemplo perfecto de lo que Scaccia significa para Ministry. Sus afilados y cortantes ritmos de guitarra son tan reconocibles como la flemosa voz de Jourgensen. En el lado aún más oscuro, “The horror” y “Side F/X Include Mikey’s Middle Finger / TV4” forman la parte más esquizofrénica y experimental, contrastando con otros cortes menos densos y más mundanos, como “Lesson unlearned”.
En definitiva, y como hemos dicho, “From beer to eternity” es un buen álbum incluso teniendo en cuenta su espantosa portada. Quizás sea cierto que, aunque se nos cuente que “las sesiones de grabación fueron las más creativas que la banda hubiese hecho jamás”, no sea un álbum a la altura de lo mejor que pueden hacer, pero sin duda es un más que digno colofón a una notable carrera. El tiempo dirá si realmente ha sido el último capítulo. Por ahora, y sin gira posible a la vista, esperaremos las seguramente jugosa autobiografía “Ministry: The Lost Gospels According to Al Jourgensen”.