Si hay un género en el que resulta difícil no ser ya original, sino simplemente fresco, ése es el del Rock and Roll planteado a la usanza de los dorados años 50’s: El callejón sin salida del rockabilly y los riffs y estructuras una y mil veces sobados han obligado a separar el grano de la paja, esto es: Los vacíos ejercicios de estilo de los grupos que, si bien no destacan por su originalidad, sí lo hacen por su encanto y saber hacer.
Nombres como Nick Curran, Jim Jones Revue y estos MFC Chicken engrosan, sin duda, la segunda categoría. La nueva apuesta de Dirty Water, al igual que los otros citados, no reduce su radio de acción al Rock and Roll primigeneo -por mucho que engañen las apariencias- y combina la influencia de Little Richard y Bunker Hill con el legado de The Sonics y los grupos yankees de frat-rock que preludiaron el punk y el garage. Ahí es nada.
A lo largo de los catorce cortes de rock and roll anfetamínico que conforman éste artefacto, nos encontramos con un grupo, que, lógicamente, nos hará decirnos “¿Dónde he escuchado yo esto?”, pero qué con su oficio y frescura nos tendrán bailando en la pista antes de que hayamos dado respuesta a ese interrogante.
Pildorazos de R’n’R negroide (eso lo que más), esquirlas de rythm and blues, ráfagas de instro-rock y ocasionales (a la par que agradecidas) dosis de azúcar retro. Todo eso y mucho más nos ofrecen éstos tipos en este más que disfrutable debut. Do The Chicken!