Otro supergrupo más que sumar a la lista de los formados durante los últimos años (¿y van…?). Se trata de los norteamericanos Flying Colors, en cuya formación militan el ex Dream Theater Mike Portnoy a la batería, Steve Morse a la guitarra solista, Neal Morse a los teclados y voces, Dave LaRue al bajo y Casey McPherson a las voces y guitarra rítmica. La formación de la banda no ha debido de ser demasiado traumática, ya que la Portnoy y Neal Morse por una parte y Steve Morse y Dave LaRue por otra ya han formado parte de otros proyectos juntos. Por cierto, que alguien me saque del equívoco sí lo comento, pero Neal y Steve no tienen ningún tipo de parentesco a pesar de compartir apellido.
Así pues, con estos nombres citados no sería complicado llegar a la conclusión de que Flying Colors se mueven en la onda del Rock progresivo. Y aunque así sea, podemos decir que este debut presenta un acercamiento amplio al estilo, por así decirlo. La guitarra de Steve Morse aporta un sentimiento más cercano al Hard Rock, recordándome por momentos a un Gary Moore en sus momentos más épicos. Aún así, se trata de canciones largas, en su mayoría sobrepasando los cuatro minutos de duración (el cierre con “Infinite Fire” se lleva la palma con sus doce minutos). Además de por los desarrollos largos, Flying Colors gustan del uso de grandes melodías vocales (incluso podríamos decir que, salvando las distancias, “Love Is What I’m Waiting For” posee cierto toque a The Beatles). Tampoco se olvidan de rockear, como en “Shoulda Coulda Woulda”. Todos estos detalles hacen que “Flying COlors” sea algo más que un disco de Rock progresivo, como decíamos anteriormente, pero que no defraudará a ningún seguidor del estilo.