The Great Rock ‘n’ Roll Swindle

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Permitidme que utilice el título de la infame película sobre los Sex Pistols para esta editorial. Porque en ocasiones el Rock and Roll es una gran estafa, en el sentido más literal. Dejadme que os cuente una pequeña historia personal para ilustrar esto. Como ya sabréis los lectores habituales de Rock and Roll Army, The Biters son uno de nuestros grupos preferidos de los últimos tiempos. Así que hace unos meses decidí hacer un pedido de uno de sus EPs a su sello discográfico. Tras varias semanas de espera el cedé nunca llegó, por lo que tras intentar infructuosamente ponerme en contacto a través de Paypal con el sello (la única respuesta que recibí fue si había intentado antes contactar directamente con ellos a través del correo), puse un reclamación y conseguí recuperar mi dinero. Como soy de los que no aprenden, un tiempo después la banda anunció la edición en un glorioso vinilo de dos de sus tres EPs (el primero ya fue editado en ese formato originalmente), por lo que echando pelillos a la mar volví a pedirlo. Los días primero, después las semanas y finalmente los meses pasaron y resultó que, supuestamente, había un retraso en la fabricación de los discos. Yo, por si acaso, ya había puesto mi reclamación y conseguí la devolución de mi dinero. Pero hace un par de semanas descubrí que en el sello francés que edita sus discos en Europa podía comprarlo igualmente y algo más barato, lo que procedí a hacer. Por abreviar, y aquí es donde está la motivación de este escrito, hace algunos minutos he recibido un email donde el responsable de Pop the Balloon Records explica la situación: el manager de los Biters ha estafado a la banda, a los fans que han comprado el disco y a su sello en los Estados Unidos. El tipo, un tal Aaron Wachtel, está en paradero desconocido, los discos tampoco se sabe dónde están y la banda ha procedido a darle la patada (in absentia, supongo). Pero el tal Wachtel se ha marchado dejando un regalito envenenado: ha cambiado las passwords de la web oficial de la banda, de su sello Underrated Records (del cual era además socio) y lo más importante para los fans, de la cuenta de Paypal mediante la que se hacían los cobros relacionados con el merchandising de la banda. Como en el mail se solicitaba denunciar la situación, he creido conveniente difundir la noticia. Aún así hay algo bueno en todo esto: Pop the Balloon decidieron no esperar más a los discos de ultramar y hacer su propio prensaje, por lo que, si Lemmy quiere, tendré mi copia en unas semanas. Ever get the feeling you’ve been cheated?

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