Esta semana pasada los cachondos de Thrash Hits recogían un extracto del documental “Monty Python: Almost The Truth (Lawyer’s Cut)”, donde el vocalista de Iron Maiden, Bruce Dickinson, hablaba sobre una extraña anécdota ocurrida en la ciudad alemana de Hamburgo con dos meretrices a principios de los 80. Y es que Dickinson últimamente nos está ofreciendo grandes momentos para la comedia, y en este caso hemos de decir que no involuntariamente.
La cosa fue así: en la primera visita a Alemania del cantante, Dickinson requirió los servicios de dos prostitutas con la sana intención de que le aliviaran un poco la tensión. Tras un tira y afloja sobre el coste de los servicios y el tiempo de duración de estos, Dickinson llegó a la conclusión de que el trabajo que le estaban haciendo con la mano lo podría haber hecho él mismo y mejor en su propio cuarto, por lo que decidió ponerle fin al asunto y reclamar su dinero. Las profesionales rechazaron devolverle el dinero, por lo que Dickinson acudió a una comisaría cercana a poner una queja. Increíblemente, los agentes accedieron a los deseos de Dickinson (los relacionados con recuperar su dinero, no los sexuales), y el cantante asegura que tras la experiencia nunca más se vio tentado en requerir servicios sexuales a cambio de dinero.
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