The Brew actuaban por tercera vez en Zaragoza la noche del pasado jueves, ante un público variopinto cuya edad oscilaba entre los que rozan la veintena hasta los que si no alcanzan la cincuentena poco les falta. Supongo que a unos les atraerá sobre todo la idea de verse reflejados en las dos terceras partes de la banda y a otros un grupo que les recuerda a “su época”. El volver a una ciudad en la que ya se les conoce de sobra provocó que aunque no fuera un llenazo, La Casa del Loco sí registrara una buena entrada.
Pero vayamos con el concierto. Cualquiera que siga con una mínima regularidad esta web sabrá de sobra que The Brew son un grupo muy estimado por aquí. Si no me falla la memoria, esta es mi cuarta crítica de uno de sus conciertos. Por eso mismo espero que lo que voy a decir no se entienda mal. Adoro a The Brew, me divierto en sus conciertos, pero creo que la banda debería ir olvidando algunos elementos de sus directos, como el momento a lo Led Zeppelin con el arco de violín y el solo de batería o algunas improvisaciones: acaban restando la atención del público, aunque afortunadamente lo sitúan al final del set. Tampoco creo que fuese acertado basar el set list en los temas de “The Third Floor” cuando era evidente que gran parte del público no estaba familiarizado todavía con el nuevo disco. Entiendo que la banda tenga fe en el álbum, quizás no sea tan apabullante como obras anteriores pero es sin duda un gran disco que va ganando enteros con las escuchas. Pero tal vez deberían haber pensado en ir aumentando progresivamente la presencia de los nuevos temas en el set list, cuando la gente ya haya tenido tiempo de escuchar a fondo el álbum. Y puestos a pedir, habría preferido que para su segundo bis, en lugar de la versión de “Little Wing”, hubieran interpetado alguno de esos grandes temas propios que dejaron fuera.
Tampoco quiero que se me malinterprete porque no fue un mal concierto en absoluto. La banda desprende una gran energía y confianza sobre el escenario. Se gustan y saben que también gustan, y además disfrutan haciéndolo, ofreciendo conciertos tan intensos que uno diría que no llevan un calendario tan cargado de fechas. Y ese puntito de suciedad que tiene en directo su sonido creo que les favorece enormemente, por lo que no creo que debamos preocuparnos, el camino a la cuarta planta lo tienen casi despejado.