Thin Lizzy + Supersuckers – Barakaldo (Rockstar Live 29-1-11)

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Tras la deserción de John Sykes hace año y pico, Scott Gorham vuelve con unos reformados Thin Lizzy en los que además de él mismo figuran otros dos miembros de la era clásica, Brian Downey y Darren Wharton. Probablemente los que ponían pegas a unos Lizzy sin Lynott lo seguirán haciendo ahora que Vivian Campbell y Ricky Warwick se han unido a la formación, aunque a estas alturas no entraremos en esto. Solo decir que personalmente tenía mucha curiosidad de ver a estos Thin Lizzy.

Junto a ellos unos teloneros de lujo como los Supersuckers, que como grandes fans de la banda que son deben de estar viendo uno de sus sueños cumplidos. Aún así les costó conectar con el público, a pesar de los muchos intentos de Eddie Spaghetti. Quizá fuera por lo tempranero de su actuación, a eso de las 20:00 horas, porque se me hace difícil de creer que a estas alturas todavía exista mucha gente que no conozca a Supersuckers. Hacía algunos años que no había visto a los de Tucson en directo, pero los cuarenta minutos que estuvieron sobre el escenario vi que aparte de un par de miembros, poco ha cambiado desde la última vez, para bien o para mal. La banda suena bien, Eddie Spaghetti sigue montando su show particular con aquello de “la mejor banda del mundo”, y aunque me gustó el concierto quizás eché en falta algo más de espectáculo. Eso sí, el nuevo guitarrista Marty Chandler, aparte de encajar perfectamente en la banda, hizo lo que le faltó a Dan Bolton, por ejemplo.

Pasados un par de minutos de las 21:00 horas salían al escenario Thin Lizzy. Solo el inicio con “Are You Ready” y las primeras filas, en una curiosa mixtura de público con edades comprendidas entre los veinte (o menos) y los cuarenta y pico, se venían literalmente abajo. Ricky Warwick, haciendo de tercer guitarrista en la mayoría de temas, pasa perfectamente la prueba de la voz, y Vivian Campbell daba muestras de estar pasándoselo en grande. Así, tras ese comienzo en el que enlazan la citada “Are You Ready” con “Waiting for an Alibi” y “Jailbreak”, uno tras otro fueron cayendo los clásicos que todos esperábamos junto a otros temas que personalmente no imaginaba, como el cuarto de la noche “Do Anything You Want To”, para el que la banda realiza las mismas percusiones que se pueden ver en el video promocional original de la canción. Y ya que hablamos de la percusión, decir que Brian Downey cumplió con creces su labor a la batería, dejándome gratamente sorprendido. Otros temas inhabituales en las últimas giras, como “Angel of Death”, “Whisky in the Jar”, “Wild One” o “Sha la la”, son también parte del set list actual. En mi set list perfecto me habría ahorrado alguno de los citados y otros como por ejemplo “Rosalie”, pero no hay queja. Se agradece que a estas alturas la banda todavía tenga la capacidad de sorprender (para los que no habíamos indagado en internet, claro).

El sonido sin embargo no fue todo lo bueno que habría deseado. No sé qué tal sonaría al fondo de la sala, pero desde luego en las primeras filas era bastante embarullado por momentos. La acústica de Ricky Warwick parecía más un adorno que otra cosa, porque era imposible distinguir su sonido, y los teclados de Wharton apenas si eran perceptibles también. Y no hablemos del infernal volumen, más digno de un concierto de Motörhead (a día de hoy sigo bastante sordo).

Tras alrededor de la hora y cuarenta minutos y dos bises, el primero compuesto por la citada “Rosalie” y “Bad Reputation” y el segundo por la inexcusable “Black Rose”, un repaso bastante exhaustivo a la discografía de la banda y un público bastante entregado, la banda se despedía finalmente de una sudorosa audiencia con ganas de más. La única pega el sonido, aunque no creo que mi ubicación fuera la más adecuada.

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