Si el otro día uno de mis compañeros de página dedicaba un artículo a la Alice Cooper Band celebrando su introducción en el Rock and Roll Hall of Fame, hoy me toca a mí hacer lo propio con Tom Waits. Y es que, además, veo cierto paralelismo entre ambos entes musicales: ambos comparten un aura de outsiders, al menos al comienzo de sus carreras, que hace difícil que todavía hoy yo al menos me crea el que hayan sido reconocidos por la industria.
Y es que Tom Waits siempre ha ido a su aire. Difícilmente podemos clasificar en un único estilo a este genio que, todavía hoy, es capaz de emocionar con sus discos y sobre todo sus directos -a los que hayan tenido la suerte de presenciar alguno; y aquí es donde servidor se muere de la envidia-. Bebedor y fumador empedernido, dotado de esa voz profunda que ha ido encazallándose con los años, Waits tiene también el merecido respeto de grandes figuras de la música, aunque nunca haya alcanzado el éxito masivo, que ya sabemos que siempre ayuda en esto de los reconocimientos.
No sé lo que pensará de todo esto el propio Waits, pero lo que sí tengo claro es que prefiero ver ahí a gente como él que a tipejos como Bon Jovi, por poner el primer ejemplo que me ha venido a la cabeza. Y desconozco si Bon Jovi está en el Rock and Roll Hall of Fame, creo que no lo está, pero viendo los listados de artistas seleccionados otros años tampoco me extrañaría demasiado que algún año de estos fuera elegible. En cualquier caso, enhorabuena Tom.
[amazon_link asins=’B000001FFJ,B000023YFV,B000002GYR,B00008FKDJ,B000002GWJ,B000001FSR,B0002MRKTA’ template=’ProductCarousel’ store=’rockandrollar-21′ marketplace=’ES’ link_id=’315f0ad9-526b-11e7-922a-3d91aeac7930′]