Joey Stewart nos presenta lo que “La Venganza de los Empollones” debió ser, una película en la que los marginados del instituto se vengan de la chavalería popular que se las hace pasar putas a diario en clase.
No estamos ante un dramón realista que relata las ultimas horas de los asesinos de Columbine, lo que estamos viendo es a una pandilla de frikis encabronados que han aguantado años de palizas y vaciles.
“The final” bucea en la crueldad de las jerarquías impuestas en los institutos, en las que deportistas y cachondas imponen su dictadura sobre el resto de los alumnos en ocasiones con una crueldad máxima. Podríamos divagar sobre la intención del director a la hora de denunciar estas situaciones y otras que empujan a los alumnos más zumbados a coger las armas y apuntarlas contra sus compañeros; sin embargo estamos ante un simple ejercicio en el que la venganza y las ganas de ver en pantalla lo que muchos imaginamos que les debería ocurrir a ciertos hijosdeputa es lo que manda.
Por momentos el friki jefe Dane, interpretado por Marc Donato, puede resultar algo pretencioso y coñazo, sin embargo tiene algo inquietante al igual que su partenaire Lindsay Seidel que interpreta probablemente el papel mas interesante de la cinta: Emily, la chica que quería amigas pero su pelo grasiento se las negaba.
“Por qué me merezco esto” dicen víctimas y verdugos en relación a su castigo y al motivo de este, aquellos que cobramos en el cole lo comprendemos y los que en el instituto repartimos, también, lo bueno es pasar por los dos lados, ¿no?
Por poner alguna pega diré que falta más crueldad y sangre, pero solo por poner una pega. Atención a los difraces de los vengadores, hay alguno que se sale… Realmente entretenida.
