Hoy estrenamos un nuevo colaborador desde el otro lado del charco. A partir de ahora Alejandro Nuñez nos contará todo lo que se mueva en el mundo del Rock desde Argentina. Hoy comienza su colaboración con Rock and Roll Army hablándonos de Carajo, una de las bandas más importantes de allá dentro del nuevo Metal.
En Argentina, el Nu Metal es cosa un poco pasada de moda. Muchas bandas del circuito Underground dan que hablar. Pero desgraciadamente, debido al peso aplastante de las discográficas, que las marginan y prefieren cantantes pop, éstas se ven destinadas al desmantelamiento de sus integrantes, y luego, a la desaparición.
Solo existe una gran banda de Nu Metal. Por decirlo en otros términos: El Nu Metal, en Argentina, tiene nombre y apellido… se llama Carajo.
En México será Resorte. En España nos topamos con Hamlet (entre muchas otras). En EE.UU…. ¿es necesario nombrar a Korn, Deftones, Linkin Park y una extensa lista de etc.? Pero en el país más austral del continente Americano, ¡Carajo hace estragos! Pocas bandas, de éste género, logran trascender las barreras, sin hacer uso de sintetizadores. Pocas bandas consiguen lo que éste power trío hizo, en tan poco tiempo.
“Carajo nació siendo grande”, me dijo alguna vez, un colega de otra revista orientada al Rock. Es que dos de sus actuales tres integrantes, pertenecieron a la mejor formación de A.n.i.m.a.l (Acosados Nuestros Indios, Murieron Al Luchar). Dicha banda fue una de las primeras en saborear las mieles numetaleras en todo el continente Sudamericano.
Lo cierto es que Carajo está pronta a tocar el cielo con las manos. El sábado pasado, dio el primero de los cuatro recitales que tiene prometido antes de sacar a la venta su nuevo álbum (del cual se conoce muy poco material, gracias a los videos que el grupo estuvo subiendo en su web oficial: www.carajoweb.com), tuvo su lugar el pasado sábado, en Anestesia, San Justo, Buenos Aires.
Sus listados de temas ya no sorprenden a ésta altura. De éste modo, es necesario que la banda vaya preparando el terreno, de cara a lo que deparará éste nuevo trabajo discográfico.
Desde un principio a fin, todos los temas fueron interpretados con exquisitez, hasta dándose el lujo de añadirle algunas zapadas (muy enérgicas) sobre el final de ciertas piezas (como “Zion” o “Joder”).
El primer gran set, incluyó “Salvaje”, “El vago” (ambos de su primer disco homónimo) y “El llanto espiritual” (de “Atrapasueños”). La gente no se detuvo un segundo, en medio de un pogo ardiente, pero también, como el mismísimo Corvata (líder de la banda) dijo desde arriba de las tablas: “Un pogo sano. Del cual todos disfrutamos. Pero sin lastimarnos”.
Las primeras sorpresas vinieron con tres canciones que no son muy habituales en las comuniones carajeras: “De hoy no pasa”, “Atrapasueños” y el aplastante “La huella del depredador”, para el cual el bajista y cantante advirtió que era muy oportuno, en una época donde el mundo se ve inmerso en un gran desconcierto.
La obstinación de los fanáticos por que su grupo predilecto tocara “Loco-pro” (insignia de A.n.i.m.a.l., muy tocado durante los primeros años de Carajo), se fue desvaneciendo con el correr de los demás clásicos.
La verdad es que Carajo ya no suele tocar los covers de Metallica, Nirvana, Ramones, Pantera, ni los demás que supo glorificar a lo largo de su carrera. Esto es debido a que el 4 de Mayo pasado, los muchachos cumplieron nueve años de vida, y ya les queda un poco grande la camiseta de reversionadores de himnos rockeros.
“Sacáte la mierda”, “Joder”, cerveza de por medio, y 11:30 horas, fin de una nueva y agraciada velada carajense. Tres shows más… y la tan ansiada espera por el nuevo disco, terminará.
Por Alejandro Nuñez (Desde Buenos Aires, Argentina)