Con un nombre de claras reminiscencias histórico-cinéfilas y que evoca una poderosa imagen de robustez, y dentro de la nueva hornada de bandas de Rock and Roll vascas en la que podríamos incluir también a Sexty Sexers o Cool Circus, Potemkin es una de las más interesantes junto a las citadas. Tras algún tiempo de parón y algunos cambios en su formación, la banda de Oñati vuelve a la palestra dos años después con un disco lleno de temas 100% guitarreros, en los que la huella de formaciones como The Cult o Turbonegro está muy presente, aunque siempre aportando su propia personalidad.
Incluso el título del álbum, “Gauaren zaindariak” (“los guardianes de la noche”, con esa portada de clara inspiración soiviética también), parece perfecto para describir las doce nuevas canciones que la banda ha grabado a finales del pasado año. Porque es un disco nocturno, de esos de corear a voz en grito en un garito lleno de humo con una jarra de cerveza en la mano. Con una temática que va desde lo onírico hasta la preocupación por la degradación del planeta, pasando por las noches salvajes que todo buen rockero debe vivir en algún momento de su vida, Potemkin entretejen un puñado de riffs poderosos durante cincuenta minutos de puro Rock de alto voltaje. Porque canciones como la inicial “Mugak apurtzera”, “Mozorro festa”, el himno “Esnatzean” -sin duda uno de los temas definitivos del disco-, “Zerri Puztu zikina” o “Mila begirada” no dejan títere con cabeza.
En “Gauaren zaindariak” Potemkin no dan tregua al oyente ni tienen pensado ni por asomo tomar prisioneros, van a conquistar y destruir y así lo demuestran con los doce pelotazos que componen el disco. Altamente recomendable, oiga.
