“Cielo Rojo” (¡¡¡gran título!!!) es el tercer álbum de Rojo Omega. Tercer álbum de una banda dura y perseverante, que destila en sus letras el romanticismo del lado real del Rock n’ Roll que conocen de primera mano, y que sigue en pie cuando a su alrededor hay un montón de cadáveres de bandas que surgieron después de ellos.
Este “Cielo Rojo” supone dos pasos muy importantes. En primer lugar la banda profundiza en sus mejores señas de identidad, el Rock n’ Roll vitaminado con letras en castellano que hablan de la identidad (ese comienzo brutal con “No sé quién soy”), de cómo ser uno mismo en una ciudad única como Madrid, o de los viajes en la montaña rusa del Rock subterráneo. El sonido (excelente producción de Manolo Vendetta) sigue manteniendo el alto voltaje de sus dos anteriores trabajos pero aclarando las guitarras, que a momentos pueden sonar a Thin Lizzy o incluso a Cheap Trick y que hace que la banda gane en pegada y profundidad Rock sin sacrificar un ápice de esa inmediatez que les es tan innata.
Es sin duda, el álbum de la consolidación del estilo “Rojo Omega”, un disco en el que la banda suena 100% a sí misma y en el que las cojonudas influencias que atesoraban quedan incluso superadas por una manera de hacer el Rock absolutamente personal e intransferible. Y no muchos pueden decir eso.
El segundo paso adelante de este álbum es el enorme avance que supone la ampliación de miras en la composición, con latigazos de Country (“Noche tras noche”, sin duda una de las estrellas del disco, o “Imperfecto”), de Rock americano 70’s, o incluso de Pop Rock de quilates (“Difícil solución”, “Nuestra habitación”). Un acierto total que hace que el repertorio de la banda en directo gane en profundidad y variedad sin salirse del carril rápido del mejor Rock.
El disco cierra con una auténtica declaración de principios, la rockera y emotiva “Juntos los cuatro”, en la que describen con detalle el paisaje del viaje que les ha llevado desde sus comienzos a este tercer disco, mientras declaran su compromiso con una manera de hacer y vivir las cosas.
En resumen un cojonudo disco de grande Rock, energético y variado, que crece en cada escucha y que hace que el futuro se presente luminoso para una banda que sigue orgullosamente en pie, dando lecciones desde el lado más real del Rock n’ Roll. Juntos los cuatro.