Son tiempos duros para los seguidores de Guns N’ Roses en general y de Slash en particular. Porque lo de Axl Rose sigue siendo de otro planeta, y cualquier sueño de una posible reconciliación parece cada vez más improbable. Si recientemente y transcurrido más de un año desde la publicación oficial de “Chinese Democracy”, por fin decidía poner en marcha la maquinaria de directo de su “banda” (en el sentido que se le quiera dar a la palabra), las noticias que a principios de esta semana nos llegaban desde Canadá no hacen sino acrecentar la opinión de que definitivamente el vocalista ha perdido el juicio, si es que todavía le quedaba alguno.
Ya en el pasado había prohibido al propio Slash acceder al primer concierto que ofrecía tras años de inactividad, pero en esta ocasión y según cuenta la web de cotilleos TMZ, en esta ocasión la ha emprendido con los fans que vistan objetos a imagen del guitarrista o con la imagen del guitarrista. Al parecer, y siempre según la citada web, la seguridad de uno de sus conciertos canadienses obligaba a los fans a quitarse las camisetas con la figura de Slash o las chisteras que algunos portaban para poder acceder al recinto, aduciendo que las órdenes provenían del equipo de producción de Guns N’ Roses. Algunos asistentes al concierto optaron por acceder a dejar sus complementos fuera, pero por lo visto otros decidieron marcharse a sus casas.
De ser cierto, este no sería más que otro episodio que añadir al historial de rarezas de Axl, cuyo odio visceral por su antiguo compañero de banda diríamos que podría ser incluso perjudicial para su salud.