No hay duda de que Chad Smith, el batería de Red Hot Chili Peppers, es lo que vulgarmente se llama un culo inquieto. En los periodos que su banda principal le deja tiempo libre, quien sabe si por salud mental, por hacer algo más interesante y creativo que los últimos lanzamientos de los Peppers o por simple hiperactividad, el bueno de Chad aprovecha para divertirse con sus amigos (como también hacen sus compañeros por otra parte). De ahí sus colaboraciones a lo largo de los años con su compadre el bajista Glenn Hughes o los discos editados más recientemente junto a Chickenfoot (Satriani, Sammy Hagar y Michael Anthony) y este que nos ocupa junto a su propia banda, los Bombastic Meatbats.
Acompañan a Smith en esta aventura el guitarrista Jeff Kollman, el teclista Ed Roth, y Kevin Chown al bajo. Con los tres primeros ya había compartido escenario en la banda que acompañaba al citado Glenn Hughes, así que el paso natural fue reclutar a un bajista y el resultado final es este disco. En los diez temas (más un bonus) instrumentales que componen el álbum, surgidos de las improvisaciones de la banda, encontramos parajes más cercanos a los territorios jazzisticos que al Rock, con toques del Funk que tanto gustaba a Flea, Kiedis y compañía cuando todavía eran una banda de verdad.
Gustará a los que disfruten de este tipo de propuestas; el resto abstenerse, sobre todo los fans de los actuales Red Hot Chili Peppers: no van a entender nada de nada.