La semana pasada fallecía la célebre actriz porno Marilyn Chambers; me impactó saber que había muerto a la temprana edad de 56 años. Jamás supe si cometió excesos o no. Chambers se une así a la larga lista de los caídos en la industria del sexo.
Mientras no se conozcan las causas de la muerte, habrá que sumarla al archivo de trágicas defunciones de la industria para adultos: recordemos a sus contemporáneos John Holmes, muerto de SIDA en el 83, o Linda Lovelace en 2002 por accidente de trafico, o incluso la posterior Savannah que se suicidó en el 94.
En la época dorada del porno grabado en celuloide, Chambers fue una auténtica Princesa. Ante la vulgaridad de Linda Lovelace, protagonista de “Garganta profunda”, Marilyn Chambers representaba a la vecinita de al lado, una rubia de ojos azules con aspecto de no haber roto nunca un plato o de no haberse comido nunca una polla. De hecho de bebé fue modelo para un anuncio de detergente lavavajillas.
Era el doble pornográfico de Cybill Sheppard y el estreno de “Tras la puerta verde” fue su consagración en el porno y lanzamiento al estrellato absoluto del llamado porno chic de los 70.
Así acaba la historia de una chica que quiso ser actriz pero solo llego a publicitar jabones y que ante las malas perspectivas en el faranduleo optó por el cine para adultos y a muchos nos enseñó que el gonzo es una mierda, lo que es un chocho rapado y que para ser actriz porno, no es necesario tener cara de guarra.
Mientras no se conozcan las causas de la muerte, habrá que sumarla al archivo de trágicas defunciones de la industria para adultos: recordemos a sus contemporáneos John Holmes, muerto de SIDA en el 83, o Linda Lovelace en 2002 por accidente de trafico, o incluso la posterior Savannah que se suicidó en el 94.
En la época dorada del porno grabado en celuloide, Chambers fue una auténtica Princesa. Ante la vulgaridad de Linda Lovelace, protagonista de “Garganta profunda”, Marilyn Chambers representaba a la vecinita de al lado, una rubia de ojos azules con aspecto de no haber roto nunca un plato o de no haberse comido nunca una polla. De hecho de bebé fue modelo para un anuncio de detergente lavavajillas.
Era el doble pornográfico de Cybill Sheppard y el estreno de “Tras la puerta verde” fue su consagración en el porno y lanzamiento al estrellato absoluto del llamado porno chic de los 70.
Así acaba la historia de una chica que quiso ser actriz pero solo llego a publicitar jabones y que ante las malas perspectivas en el faranduleo optó por el cine para adultos y a muchos nos enseñó que el gonzo es una mierda, lo que es un chocho rapado y que para ser actriz porno, no es necesario tener cara de guarra.