Lejos quedan ya los años en los que, arropados por la discográfica alemana Noise Records, un puñado de bandas europeas editaron una serie de discos que son muestrario del mejor Trash Metal realizado a este lado del Atlántico. Realmente nunca fueron una amenaza para las cabezas del estilo, pero nadie puede dudar de la importancia que tuvieron esos grupos, entre ellos unos Tankard que alcanzaron su cima con “The Morning After”. Después se perdieron por los recovecos de su propia fama alcohólica y pergeñaron una serie de discos entre lo grotesco y la autoparodia, hasta que a mediados de los años 90 muchos fans dejaron de prestarles atención. Yo soy de esos que les perdieron la pista durante dos lustros largos.
Sin embargo Tankard han seguido funcionando todos estos años, y además facturando discos regularmente. Con cambios en su plantilla y reconvertidos a cuarteto, actualmente solo permanecen dos miembros de su formación clásica, el vocalista Andreas “Gerre” Geremia y el bajista Frank Thorwarth. “Thirst” es el título de su nuevo disco, diez nuevas composiciones en las que no olvidan las referencias cerveceras que son marca de la casa, aunque también hay cabida para temas de denuncia, como “When Daddy Comes to Play”, sobre los abusos a menores y en la que destaca la inclusión de un coro infantil.
El sonido de este “Thirst” es comparable a los primeros álbumes de la banda, con ese Thrash Metal rápido y agresivo típico de los 80 que recuerda a discos como “Chemical Invasion” por ejemplo. Sin embargo, y a pesar de contar con algunos buenos momentos, el disco acaba resultando un poco monótono, aunque a buen seguro será bien recibido por los seguidores del Thrash Metal más tradicional.