“Shine a Light”: Martin Scorsese meets The Rolling Stones

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Quién me iba a decir a mí que, después del cabreo con el que salí tras mi última experiencia stone en vivo, iba a disfrutar tanto de un concierto de Jagger y compañía, y encima en una sala de cine. No paré de mover mis pies, de sonreír, de soltar carcajadas con las salidas de tono de Keith Richards,… hasta estuve a punto de levantarme de mi butaca para aplaudir en más de una ocasión. Pues sí, dejando aparte el valor cinematográfico de la cinta, “Shine a Light” es un documental al que quizás se le podría haber sacado más jugo, pero si nos centramos en el concierto que recoge desde luego es de un valor extraordinario.

Tengo que reconocer que me esperaba más material de archivo, más entrevistas,… pero lo poco que vi me dejó con ganas de chequear la edición en DVD, que seguramente traerá suculentos extras. Los extractos de las entrevistas con Ronnie Wood y Keith Richards incluidos en la película prometen, y mucho además. Tendremos pues que esperar hasta entonces.

Pero volviendo a la película, creo que un acierto de Scorsese es el haber recogido un concierto íntegro en un teatro en lugar de retratar los pormenores de la organización de una gira mastodóntica (en realidad creo que fueron dos conciertos realizados a finales de 2006 en el Beacon Theater de New York). El fan lo que quiere es ver, escuchar a los Stones, y si encima les das un concierto en un lugar de aforo pequeño (pequeño en la escala de los Rolling Stones, claro) y con un set list poco habitual, el resultado es por fuerza altamente satisfactorio. Estamos todos de acuerdo en que hoy en día The Rolling Stones son una banda que hace versiones de sí misma, pero… ¡joder! ¡vaya pedazo banda de versiones! Scorsese parece querer mandar un mensaje bien claro con las imágenes de archivo que inserta dentro del film: que nadie, salvo quizás ellos mismos, habría esperado una carrera tan longeva. A día de hoy tengo más claro que cuando realmente abandonen los escenarios para siempre, será porque alguno de sus miembros no pueda seguir adelante físicamente (día que está dolorosamente cada vez más cercano), y que “la proverbial última gira” nunca existirá como tal.

Antes he aludido al set list. Como ocurre siempre, se echan en falta algunos temas, aunque poder ver canciones como “Shattered” o “Live with Me” (en la que la presencia de Christina Aguilera ni siquiera resulta molesta) bien merecen el precio de la entrada. El momento álgido del concierto es para mí el “Champagne & Reefer” acompañados del bluesman Buddy Guy. Tras la interpretación Keith Richards regala su guitarra a un alucinado Guy que finalmente acepta a llevarsela con él. Cosas de Keef… Y es que, como dice en algún momento del documental, sí no se lo pasarán bien sobre el escenario no seguirían haciéndolo. Porque se les ve disfrutar, al menos a Richards y a Wood, es algo palpable a lo largo de todo el metraje. Seguramente si no ganaran todo el dinero que ganan no seguirían subiéndose a un escenario con la edad de la jubilación, eso está claro, pero muchas bandas con cuarenta años menos podrían tomar ejemplo del entusiasmo que estos le ponen al asunto. Estoy harto de ver grupos con caras de palo todo el concierto. Si no te lo pasas bien… ¿qué coño haces encima del escenario? Esto puede ser una perogrullada, pero parece que mucha gente que se dedica a esto lo ha olvidado. Los Stones siempre han tenido y tendrán detractores, pero siendo justos deberían al menos reconocer que son capaces de dar un gran concierto, incluso despojados de toda la parafernalia que normalmente les rodea, y eso es así porque se divierten. Además de los citados Buddy Guy y Christina Aguilera, también aparece como invitado un Jack White que parece encontrarse en su salsa haciendo su dueto con Mick Jagger en el tema “Loving Cup”.

Volviendo a Keith Richards hay que decir que proporciona los momentos más hilarantes, aún seguramente sin proponérselo; quién todavía dude de que este tío es el Rock personificado que se lo haga mirar.

Probablemente “Shine a Light” no aporte nada cinematográficamente hablando, pero si te gustan los Rolling Stones y todavía no la has visto, no sé a qué coño estás esperando.

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