LAUREL CANYON: una cronica de los salvajes 70’s en Los Angeles

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laurel canyon the inside history of rock and roll legendary neighbourhood by michael walker

Al ver este libro, se me vino a la mente Mullholland drive, the Doors y el Hotel California de The Eagles. Para quien no lo sepa, esta canción, Hotel California, hablaba de las adicciones y en concreto, de la cocaínica, es que en esa época los “Cocaíne Cowboys” eran especie común, en Los Ángeles, y concretamente en el barrio que le da nombre al libro.
A mediados de los 70’s los Eagles, Pocos, el mismísimo Jim Morrison y otros muchos malditos tuvieron su vivienda en este barrio, que se ha convertido en punto de peregrinación para los amantes del viejo arte del Rock. Mientras que New York tenía el punk y San Francisco el Flower Power, L.A tenía Laurel Canyon.

Laurel Canyon es un libro que hace de crónica de aquellos años salvajes, en general llevados por la línea blanca que dirigen casi todas sus anécdotas y que desde los Byrds casi hasta llegar a las infames bandas de Hair Metal, nos lleva de la mano de club en club por la oscura ciudad Angelina.

Tras leerlo en el cuerpo se queda la sensación de haber sido parte de este vecindario, de conocer perfectamente los Clubs de Sunset Strip y las colinas de Hollywood.
Hay que decir, que los años dorados de la escena  Laurel Canyon , del 1967-’74, vieron el nacimiento de lo que hoy son considerados vacas sagradas y clásicos, desde bandas de folk-rock como the Byrds y the Mamas and the Papas hasta los Simpsonizados Crosby, Stills & Nash, Joni Mitchell, Neil Young, Jackson Browne, Carole King, James Taylor, Linda Ronstadt, the Flying Burrito Brothers, America, y the Eagles, o incluso Arthur Lee y love — bandas entre las cuales había endogamia musical y sexual. Esta concentración de creatividad y arte Rockandroll comparable al NY de mediados de los 70 se ha convertido hoy en día, en una parada de aquellos que quieren saber en qué esquina de la calle vivió Morrison o cual era la casa de Zappa, por eso la lectura es obligatoria para aquellos que disfruten de la nostalgia en su justa medida.

 

laurel canyon the inside history of rock and roll legendary neighbourhood by michael walker

Al ver este libro, se me vino a la mente Mullholland drive, the Doors y el Hotel California de The Eagles. Para quien no lo sepa, esta canción, Hotel California, hablaba de las adicciones y en concreto, de la cocaínica, es que en esa época los “Cocaíne Cowboys” eran especie común, en Los Ángeles, y concretamente en el barrio que le da nombre al libro.
A mediados de los 70’s los Eagles, Pocos, el mismísimo Jim Morrison y otros muchos malditos tuvieron su vivienda en este barrio, que se ha convertido en punto de peregrinación para los amantes del viejo arte del Rock. Mientras que New York tenía el punk y San Francisco el Flower Power, L.A tenía Laurel Canyon.

Laurel Canyon es un libro que hace de crónica de aquellos años salvajes, en general llevados por la línea blanca que dirigen casi todas sus anécdotas y que desde los Byrds casi hasta llegar a las infames bandas de Hair Metal, nos lleva de la mano de club en club por la oscura ciudad Angelina.

Tras leerlo en el cuerpo se queda la sensación de haber sido parte de este vecindario, de conocer perfectamente los Clubs de Sunset Strip y las colinas de Hollywood.
Hay que decir, que los años dorados de la escena  Laurel Canyon , del 1967-’74, vieron el nacimiento de lo que hoy son considerados vacas sagradas y clásicos, desde bandas de folk-rock como the Byrds y the Mamas and the Papas hasta los Simpsonizados Crosby, Stills & Nash, Joni Mitchell, Neil Young, Jackson Browne, Carole King, James Taylor, Linda Ronstadt, the Flying Burrito Brothers, America, y the Eagles, o incluso Arthur Lee y love — bandas entre las cuales había endogamia musical y sexual. Esta concentración de creatividad y arte Rockandroll comparable al NY de mediados de los 70 se ha convertido hoy en día, en una parada de aquellos que quieren saber en qué esquina de la calle vivió Morrison o cual era la casa de Zappa, por eso la lectura es obligatoria para aquellos que disfruten de la nostalgia en su justa medida.

 

Los Ángeles es una ciudad grande de pelotas y Michael Walker  su autor, nos guía durante toda la primera parte del libro por toda la ciudad, lugares en los que los mitos se crearon, Laurel Canyon un oasis en la urbe y su estatus de puerta interdimensional entre el arte y el negocio, y el jipismo del norte del estado y la idea de negocio a largo plazo, de una ciudad, L.A. que tenía los pies mas pegados al suelo.

Stills, Young, Greg Reeves, Dallas Taylor and Nash rehearsing for Woodstock, 1969 Walker, que aun vive en el barrio y que se nota aun lo adora, muestra sus reticencias a los cambios que el barrio sufrió, ya que de ser punto bohemio fue tornándose en un punto para ricos y famosetes, en busca del Glamour que desprenden los artistas, algo así como lo que ocurrió en NY,  en el Soho o Greenwich Village.

 

Walker sale en el relato a menudo del barrio para bajar a las grandes historias que sucedían en la gran ciudad más abajo del, y allí acredita cientos de historias tuteladas, por el sexo, drogas y rockandroll, llenas de humor y color, que ilustran a la perfección la escena del Rock de L.A. El libro que sigue la línea temporal para definir la narración termina los años 60 con la trilogía de hechos que marcaron la década, la familia Manson, Woodstock y Altamont y de ahí, al barrio mítico y su zona de influencia, del que ya no saldrá mas, y empapadas en cocaína las anécdotas son interminables y intasables a lo largo de la década de los 70..

 

Tan solo quedan dos opciones con este libro, comprárselo o coger un avión a Los Ángeles.

 

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