Me gustaría poder hacer una crítica alejada de todos los tópicos que surgen en estos casos, pero me temo que me va a resultar imposible. Primer tópico: si Sex Museum en lugar de ser una banda formada en Malasaña viniera desde por ejemplo Suecia, Nueva York, Londres o Cleveland, serían mucho más valorados de lo que son. Lo siento, pero es que el tópico es aplicable al 100%. Sex Museum se dejan la piel en el escenario, tienen temas, tienen actitud, son unos músicos como la copa de un pino… pero siguen permaneciendo en el olimpo del underground nacional. Y además divierten a la gente, que es lo importante, porque de eso trata el rock en el fondo, de diversión ¿no? Esto me acerca al segundo tópico: las bandas de rock en este país no tienen público. En este caso es un tópico falso. La sala está tan llena o más como en otros conciertos de cualquier banda guiri. Dice Fernando Pardo durante los bises que ellos son unas rockstars de andar por casa. Pues igual sí lo son, pero a quién le importa cuando te ofrecen lecturas magistrales de temas propios y también algunos ajenos como “Whole Lotta Rosie”, “Rocking in the Free World” (Fernando, puedes estar tranquilo, os salió bien), “I’m Free” o “Minnesota Strip”. Vale, quizás sean temas demasiado trillados ya, pero os dije que esta crítica no podía alejarse de los tópicos, y además los hacen con maestría.
Yo no voy a ser menos y voy a acabar con otro tópico: el que no estuvo allí no sabe lo que se perdió.
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